lunes, 5 de octubre de 2009

Porcelana de huesos, porcelana de pasta blanda y loza de Paros

Una de las fórmulas más corrientes de la porcelana de huesos es la constituida por un 50 por ciento de huesos calcinados, un 25 por ciento de arcilla de China y un 25 por ciento de piedra de Cornualles o feldespato. Se cuece a 1.240° y es translúcida al salir del horno. Desgraciadamente se ablanda y se hace tan termoplástica al madurar que no conserva la forma a no ser que durante la cochura se sostenga con un soporte refractario o de porcelana de huesos sin cocer o sobre un lecho de alúmina. Por su brillante blancura es un cuerpo idóneo para las decoraciones bajo y sobre barniz.
Se pueden adquirir en establecimientos especializados cuerpos en estado plástico, pero si se desea experimentar distintas fórmulas es preciso adquirir ceniza de huesos para agregarle arcilla y feldespato. Cualquier ligera variación de la composición puede modificar la temperatura de maduración del cuerpo; en cualquier caso, la escala de maduración es muy corta y es preciso controlar la cochura no sólo con termómetros y conos pirométricos sino también con muestras de prueba, a fin de comprobar la correcta maduración del cuerpo.
Con la porcelana de huesos pueden realizarse moldeados a presión, trabajos de torneado con terraja y vaciados; estos últimos son los más frecuentes porque el material es poco plástico y la adición de arcillas de bola o bentonita para facilitar el moldeado o el torneado pueden producir defectos de coloración. Todos los recipientes, herramientas y moldes utilizados con porcelana de huesos deben estar escrupulosamente limpios. En el cuerpo se evidenciarían las man­chas, especialmente las de hierro, procedentes de cualquier arcilla con contenido de este mineral situada en las cercanías o de las herramientas metálicas ligeramen-, te oxidadas. Se obtienen papillas para vaciado de características óptimas con una proporción de 1.000 de arcilla por 450 de agua y 3,3 de silicato de sodio de 140 grados Tw. Véase la página 91 para más detalles sobre la preparación de papillas para vaciado.
Por su extremada blancura, la porcelana de huesos puede colorearse con tintes para cuerpos en una gama de tonos pastel, muy difícil o imposible de conseguir con los otros tipos de arcilla.
Laporcelana de pasta blanda es similar a la de huesos con la excepción de que se utiliza una frita vitrea en lugar de huesos calcinados, obteniéndose un resultado de calidad semejante a la de un vidrio opaco o devitrificado. La porcelana de pasta blanda puede cocerse tan sólo a 1.000°, efectuándose una segunda cocción a 500°, pero habitualmente la primera cochura se efectúa a 1.100° y la segunda con barniz a 900°. El cuerpo no es muy plástico, se deforma ligeramente si se sobrepasa la temperatura de cocción (o se prolonga excesivamente el proceso) y puede tomar un aspecto levemente verdoso a causa de las inclusiones de vidrio. Las fórmulas para cuerpos de loza de Paros son similares a las de la porcelana de pasta blanda.
La semiporcelana es más parecida al gres blanco que a la auténtica porcelana de pasta dura. Su translucidez depende del grosor de la pieza, no siendo una característica inherente del cuerpo. Es más plástica que la porcelana de huesos y que la porcelana de pasta blanda porque contiene una mayor proporción de arcillas minerales y puede ser menos blanca a causa de las impurezas presentes en las mismas. La temperatura de cocción oscila entre 1.240° y 1.300°. Algunos cuerpos de loza blanca común pueden cocerse a dichas temperaturas sin distor­sión produciendo un resultado vitrificado y translúcido. En los casos en que la blancura sea un factor importante deben seleccionarse arcillas muy blancas, aunque ello suponga la adquisición y experimentación de distintas arcillas de China (caolines), arcillas de bola y bentonitas.
La porcelana eléctrica no es translúcida y, de todos los cuerpos de arcilla mencionados en esta sección, es el más parecido al gres blanco fino. El cuerpo se vitrifica entre 1.180° y 1.250° y puede incluir una proporción de loza sanitaria triturada para separar las partículas de arcilla, ya que se integra perfectamente en el cuerpo durante la cochura.
Todos estos cuerpos presentan un mismo problema para el vaciado en moldes de varias piezas. Las junturas pueden ser aparentes en la pieza acabada por mucho cuidado que se ponga en alisarlas al retirar la pieza del molde. Esto se debe a la orientación de las partículas de arcilla durante el vaciado. Normalmen­te, las laminillas de arcilla se sitúan en paralelo a la superficie del molde, pero en las junturas tienden a escurrirse por el intersticio que queda entre las dos panes del molde, adoptando entonces una orientación perpendicular al mismo. Cuando se alisan las junturas, las partículas no sobresalen de la superficie, pero al producirse la consolidación del cuerpo durante la cocción, algunas partículas quedan realzadas sobre la superficie de la pieza. Este efecto no puede evitarse, pero sí reducirse, golpeando levemente las junturas para reorientar las partículas de la zona o alisando la pieza después del bizcochado y antes de proceder a la cochura de maduración. Si el cuerpo madura totalmente se endurece tanto que es muy difícil, cuando no imposible, eliminar las junturas.
El papel de alúmina es un material idóneo para alisar bizcochos blancos, ya que no altera la coloración final de la pieza.
Loza de Paros: Se caracteriza por su parecido con el mármol fino y permite un refinamiento en el modelado que en cierta medida, se debe a su elevado índice de encogimiento (20 por ciento). Los cuerpos de loza de Paros producen un acabado vitrificado y translúcido semejante al de la porcelana. Cuanto más fino sea el grano, más suave será la superficie no barnizada de la pieza acabada y más alta su calidad.
El cuerpo se compone básicamente de arcilla de China con feldespato o piedra de Cornualles y una frita de baja temperatura, porcelana de huesos o cristales de pedernal. Para incrementar su escasa plasticidad se puede añadir arcilla de bola o bentonita. Si se requiere un acabado blanco puro los materiales no deben contener impurezas tales como hierro, especialmente en el caso del feldespato, en el que adopta la forma de silicato de hierro (debe recordarse que las arcillas y la bentonita también pueden incluir alguna cantidad de hierro). La gama de colores resultantes va desde un blanco levemente grisáceo hasta un crema cálido o rosa y éstos pueden modificarse agregando colorantes, preferiblemente de grano fino tales como cloruro de cobalto o sulfato de cobre.
Si el acabado no resulta satisfactorio, es decir, no es lo bastante suave, puede barnizarse el cuerpo con una frita de plomo, aplicándola en capas finas antes de la cocción, o se puede cocer la pieza dentro de una caja refractaria sellada, recubierta interiormente con una abundante cantidad de plomo, bien en forma de plomo en bruto, bien en forma de frita de plomo. Durante la cochura el plomo se volatiliza al ascender la temperatura por encima de 1.150° y se deposita sobre la pieza, produciendo una fina capa de vidriado de grosor imperceptible sobre el cuerpo, que presenta una mayor resistencia al enconchamiento que los del mismo tipo en los que el acabado se obtiene mediante la propia vitrificación del cuerpo.
Durante la cochura, la loza de Paros fina tiene que sostenerse o situarse sobre soportes especiales, que pueden ser del mismo cuerpo que las piezas, para que su índice de encogimiento sea idéntico. Dichos soportes deben aislarse de las piezas con una lechada de alúmina o de pedernal para evitar que se adhieran al producirse la vitrificación. Algunas piezas de formas determinadas pueden situarse directamente sobre un lecho de alúmina.

1 comentario:

Xantiago dijo...

Muy buena información. Estoy muy interesado en la Porcelana de Hueso :3

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